Por Gianna Cristhina Flórez Ex-voluntaria APC En Colombia aproximadamente el 50% del suelo es destinado para uso agropecuario, y la mayor parte de esta área es utilizada para la ganadería. Como consecuencia, la ganadería es actualmente una de las principales amenazas para los ecosistemas de bosque del país y una de las principales causas de la reducción del hábitat de las especies de primates. El aumento de la ganadería extensiva y la expansión de la frontera ganadera a territorios anteriormente considerados de difícil acceso, está conduciendo a la desaparición paulatina de aquellos bosques que solían servir de refugio para las poblaciones de numerosas especies de primates. Adicionalmente, el uso continuo de métodos que deterioran la calidad del suelo dificulta la posterior regeneración de los bosques, resultando en la pérdida permanente de la diversidad originalmente presente.
Algunas especies de primates han podido sortear parcial y temporalmente los efectos de la intervención antrópica (como los monos aulladores rojos, Alouatta seniculus). Sin embargo, para muchos primates, incluyendo el mico bonito del Caquetá (Plecturocebus caquetensis), el mono araña café (Ateles hybridus), el mono churuco colombiano (Lagothrix lagothricha lugens), el tití cabeciblanco (Saguinus oedipus) y el tití gris (Saguinus leucopus), entre tantos otros, la amenaza es creciente y alarmante. La disminución de la ganadería en Colombia no es viable debido a los modelos de desarrollo propuestos por el gobierno. Sin embargo, proponer a los ganaderos y a los campesinos alternativas sustentables que sean compatibles con la conservación parcial de los ecosistemas y por lo tanto, de los primates, es posible. Es así como la educación sobre sistemas silvopastoriles y su incorporación en las fincas ganaderas son pasos de un proceso que representa una mejor opción para la coexistencia entre las actividades humanas y la conservación del hábitat de los primates.
La implementación de sistemas silvopastoriles reduce el deterioro de los suelos, permite el mantenimiento de la biodiversidad y, al mismo tiempo, aumenta la productividad de los ganaderos. Por esto, es una alternativa que beneficia tanto al ambiente, como a los productores. ◼ Referencias:
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